Y Hoy, ¿Por que No?....

Y HOY, ¿por qué no?
 
Cada día, infinitos mensajes publicitarios nos avasallan desde marquesinas, pancartas, afiches y carteles con el claro objetivo de modelar nuestros deseos, generando un ruido que exige nuestra atención y monopoliza el paisaje urbano.  Es un espacio público para el adoctrinamiento a través del dominio de la visualidad y del control de los usos. No juegues a la pelota. No pises la hierba. Prohibido estacionar. Gire a la derecha. Pasa por un AutoMac. Destapa una Pepsi. Adelgaza. Compra. Rinde.. En la urbe neoliberal, l_s ciudadan_s somos definidos, ante todo, como consumidor_s. El proyecto  Das Kapital Kunst de José Caerols subvierte esta lógica capitalista a través de un ejercicio de détournement que despliega en pinturas en spray sobre metal corroído, instalaciones site-specific y una pieza de vídeo.
 
A pocas cuadras de OMA galería, ubicados en las azoteas de edificios de calle Rancagua, se encuentran dos letreros publicitarios, uno de la industria textil  Monarch y otro de la casa productora de espumantes Viña Valdivieso, instalados en los años 1954 y 1955, respectivamente. Monumentos de neón declarados patrimonio nacional durante la presidencia de Piñera, ponen sobre la mesa una preservación cultural jerarquizante: ¿Qué conservamos y qué no? ¿Quién lo decide? En dirección opuesta, topamos con plaza Dignidad, antes llamada plaza Baquedano, lugar del Estallido Social del 18 de octubre de 2019 e históricamente punto neurálgico donde el pueblo chileno se ha reunido para celebrar y reivindicar, lugar de encuentro de manifestaciones para ganar elecciones y plebiscitos. Estamos, pues, en un enclave estratégico entre la revolución social y el consumismo glamurizado.
 
Cash rules everything around me, cash rules everything around me, cash rules everything around me… se repite ad nauseam en la pieza de video. Se trata del estribillo de C.R.E.A.M., una canción de la banda de rap Wu Tang Clan. Con esto, Yisa nos recuerda las profundas implicaciones políticas de la experiencia individual. El Plan Cóndor durante la dictadura pinochetista supuso la invasión cultural gringa, que trajo consigo el borrado de la cultura chilena en un ejercicio de neocolonialismo. Paradoja capitalista implícita en el rap, con la llegada de la cultura yankee, llega también la contracultura estadounidense.  En la azotea del edificio, un gran cartel con la palabra Futuro nos abre al espacio de las promesas.
 
José Caerols (Yisa) ha venido desarrollando un lenguaje crítico que vincula aspiraciones sociopolíticas y estéticas, planteando una práctica artística situada, comprometida con el lugar y l_s lugareñ_s. Le interesa señalar el conflicto ideológico que supone la visualidad para buscar nuevas formas de participación social en las artes plásticas. Así, señala el dominio colonial moderno y cuestiona las narrativas dominantes. Arte público, crítico y situado políticamente, colindando con prácticas cercanas al activismo y la acción directa desde una esfera pública de oposición, arte site specific que interactúa con el público y pone atención en los aspectos históricos, económicos, ecológicos y socio-culturales del emplazamiento. Práctica situada en el umbral institución <> contracultura por su posición abiertamente crítica con las relaciones de complicidad entre la cultura institucionalizada y el poder económico. Yisa responde a esas búsquedas de síntesis o mestizajes eclécticos de los que habló Juan Acha, una práctica artística que no rechaza lo europeo sino que postula su asimilación o superación dialéctica. Por eso, hay una invocación precolombina que convive con lo que podríamos llamar abstracción geométrica pop fuertemente influenciada por la gráfica publicitaria. 
 
Es necesario ahondar en la dimensión visual de la experiencia pública para estrechar los lazos entre arte y ciudadan_s. Necesitamos artistas capaces de despertar en el paisaje social los sentidos latentes. No queremos artistas que produzcan objetos para el mercado sino que, como Yisa, queremos que sean capaces de tergiversar los signos para poner en crisis y desafiar la cultura dominante. «Y hoy, ¿por qué no?», nos preguntaba el letrero luminoso de Valdivieso. Nosotras añadimos, «Y hoy, ¿por qué no empezar la revolución cultural para una verdadera transformación social?». 
 
por Gisela Chillida, crítica de arte y curadora independiente